En su intervención ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente Gustavo Petro afirmó que está dispuesto a abrir en Colombia una convocatoria para quienes quieran sumarse como voluntarios a “luchar por la liberación de Palestina” y dijo que, si hace falta, él mismo iría al frente.
Petro calificó la situación en Gaza como un “genocidio” y criticó la incapacidad de la diplomacia tradicional para frenar la crisis, argumentando que ha llegado “el momento de la acción”. En ese marco propuso la conformación —a través de la Asamblea General y no del veto del Consejo de Seguridad— de una “fuerza armada poderosa” que defienda al pueblo palestino.
En su alocución, el presidente recalcó: “Y yo aquí me retiro y hablaré en Colombia para abrir la lista de voluntarios colombianos y colombianas que quieran ir a luchar por la liberación de Palestina. Y si le toca el presidente de la República de Colombia ir a ese combate, no me asusta, ya estuve en otros, pues voy”. Estas palabras se integraron en un discurso más amplio sobre clima, política internacional y la lucha contra lo que definió como “tiranías” que avalan la violencia en Gaza.
El llamado de Petro ha generado atención internacional dado el carácter inusual de proponer el envío de voluntarios desde un palco como la ONU y por la insistencia en que la respuesta a la crisis pase de la diplomacia a opciones más contundentes. Las reacciones de gobiernos y organismos multilaterales aún están por definirse.
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